El Rincón Feliz


Museo Barjola
Natalia Alonso Arduengo

(…) Según Pallasmaa, la arquitectura moderna ha procurado evitar o eliminar el arquetipo de <<casa onírica>> definido por Gaston Blanchard en su libro La poética del espacio. Es el modelo que Monica Dixon pinta en sus lienzos. Esta vivienda debe tener un desván y un sótano. El desván correspondería al lugar simbólico donde almacenar los recuerdos agradables, mientras que los desagradables se guardarían en el sótano. El prototipo mental de <<casa onírica>> resulta fundamental para el arraigo metafísico de su habitante. <<La casa es, más aún que el paisaje, un estado del alma. Incluso reproducida en su aspecto exterior, dice una intimidad>>, sostiene Blanchard. Con todo ello, los paisajes y los interiores de Monica Dixon no revelan la intimidad del hogar. La ausencia de atmósfera y la asepsia estética conducen más a la inquietud y la reflexión. ¿Cómo es el alma de quien las habita? A lo mejor no las habita nadie.


La transformación de la sociedad y del modo de vida exige transformación del modo de habitar. La vivienda del hoy quizás satisfaga nuestras necesidades físicas pero no contiene, en muchos casos, nuestro ser como expresión de quien la habita. La casa no es sólo mera construcción, sino que también está cargada de afectividades y recuerdos como los del <<rincón feliz>> de Spencer Byron, el protagonista del relato de Henry James. Habitar es dejar huella (…).


<<Dime cómo habitas y te diré quién eres>>


Natalia Alonso Arduengo
Comisaria de la exposición

 

Extracto del texto para el catálogo de la exposición ‘El Rincón Feliz’.
Museo Barjola, Gijón
Mayo-Agosto 2017