La Nueva España
4/12/2009
Oviedo, Juan Carlos Gea
Como en las anteriores convocatorias, las obras seleccionadas despliegan un amplísimo abanico de maneras de entender y practicar la pintura: desde la pureza geométrica de Álvarez-Laviada o Zanzoni hasta la figuración paisajística de Trelles y Riestra, o un tipo de romanticismo paisajístico emparentado con la abstracción (Guillermo Simón) o puesto al día (Palud, que homenajea a Friedrich) o teñido de lirismo (Esther Cuesta).
El retrato tiene su lugar en el distorsionado y poderoso autorretrato del avilesino Antonio Álvarez Noval o la obra de Mónica Dixon, en constante expansión de técnicas y motivos.
La figura humana en el entorno urbano centra el óleo de Juan Fernández y la formalmente osada aportación del barcelonés José Luis Pastor -un irónico retrato de Benjamín-, o la depurada aportación, teñida de una subvertida sensibilidad pop, de Pablo Iglesias.
La osadía formal y técnica une las obras de Barrué, Cristina Cuesta, Ana de la Fuente, María José González, María José Pérez, Alfonso Pire y Manuel Saro, que manejan registros muy distintos pero siempre arraigados en la contemporaneidad.